El pasado viernes pudimos disfrutar por segunda
vez en La Librairie de la presencia del club de lectura del blog Mi cesta de
mimbre, que se reunía para comentar su lectura del mes, en esta
ocasión la obra Recado de un muerto de Rafael Balanzá. Además,
fue todo un lujo contar también con la presencia del autor, que se desplazó ex
profeso a Madrid para conocer a las chicas del club e intercambiar con
ellas impresiones sobre su obra.
Todo el mundo había leído la novela y el encuentro con Rafael propició
un coloquio vivo y animado que recorrió los personajes del relato, la trama, la
intriga y el desenlace, que, a la gran mayoría nos había sorprendido:
confesamos que descubrimos quién es el asesino al tiempo que lo descubre Pablo,
y esto, coincidimos todas, es uno de los grandes logros del relato. Todas las
participantes en el coloquio estuvimos de acuerdo en la fuerza del inicio, que
capta la atención y te mantiene alerta hasta el final.
Las preguntas fueron planteándose
y las respuesta de Rafael fueron llegando trufadas de reflexiones sobre el
hecho literario: por ejemplo, la dificultad de escribir un thriller psicológico
que suponga un paso más allá en el esquema clásico del género; porque si de
algo no puede carecer un thriller es de un cadáver y de un arma y esos
elementos están presentes en Recado de un muerto; el paso más
allá está en contar con un investigador que es, a su vez, víctima de los
correos electrónicos que supuestamente le envía el cadáver de su amigo Ángel.
Muy interesante y entusiasta fueron los comentarios sobre los personajes
principales del relato, Pablo y su novia, Marta. El protagonista ocupó buena
parte de la discusión; un personaje querido para el autor y que presenta varias
caras. por un lado, su indecisión y sus divagaciones filosóficas; por otro, su
resolución final en un intento por demostrarse a sí mismo que no es un cobarde
y por otro, su cierto desvalimiento, pues es incapaz de ver lo que el resto,
lectores incluidos, pueden ver con claridad. En lo del desvalimiento del
personaje, hubo división de opiniones, ya que muchas de las participantes
coincidieron en que Pablo había puesto demasiados huevos como para que la cesta
no se rompiese.
En el caso de Marta, la novia del protagonista, fue inevitable la
alusión a las perversas heroínas del cine negro de los años 50, mujeres capaces
de mover todos los hilos de la trama y de lograr que los protagonistas
masculinos acaben haciendo lo que ellas, sin plantearlo nunca directamente,
esperan de ellos.
Un encuentro estupendo, lleno de
entusiasmo por parte de las lectoras y del autor y muy enriquecedor. Esperamos
volver a tener a Rafael en La Librairie cuando publique su próximo trabajo, que
ya esperamos. Gracias, Rafael, por dedicarnos tu tiempo y a las chicas del
club de lectura de Mi cesta de mimbre por su entusiasmo lector. Os esperamos de
nuevo en septiembre...
Y los demás, ya sabéis que nos encanta tener la
oportunidad de descubriros libros diferentes y ser un lugar de encuentro entre
autores y lectores, así que seguro que pronto organizamos más actividades...
¡Hasta la próxima!
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